El océano se extiende buscando gentes de otras costas, en una conexión invisible y abierta. La nube es alargada y bella. Un saxo suena envolvente, suave, rotundo. Y del espacio se apropian las nubes, los vientos y los pájaros.
Se ve y se oye la historia, mientras personajes de ficción deambulan , ¡tan vivos!,
apoyados en las balaustradas, junto a esculturas geométricas y botes mecidos por la brisa de poniente.
Inevitablemente, los recuerdos. Como aquel día esperándote justo de donde ahora vengo, sentado frente a este brillo abierto y horizontal.
Sensación de estar fuera, de mirar algo esperado y desconocido.
Las pesadas construcciones fortificadas contrastan con la fluida ligereza del ambiente.
Ya se agitan las palmeras.